¿Cómo puede Un Curso de Milagros cumplir su propósito?
Nuestra visión para el “Círculo Reparador”
por Robert Perry
Nosotros en el “Circle of Atonement” (de ahora en adelante Círculo) sentimos que ha llegado el momento de hacer saber a nuestros lectores más sobre nuestra visión, e invitar a aquellos que sienten una conexión con esa visión a tener una relación más plena con nosotros. Algunos de ustedes que encuentran valor en nuestros materiales no se identificarán completamente con esta visión. No esperamos que todos estén de acuerdo con todo lo que decimos, ni que ese acuerdo sea necesario para que alguien continúe su actual asociación con nosotros. Si este artículo no hace nada más por ustedes, esperamos que por lo menos les dé un valioso alimento para la reflexión. Pero para aquellos que sientan una cercanía con esta visión, este artículo les proporcionará una manera de entender mejor nuestra visión y así, potencialmente, les permitirá unirse más plenamente con nosotros para realizarla.
En la superficie, por supuesto, nuestro propósito es servir a los estudiantes de Un Curso de Milagros; ayudarles a obtener un beneficio espiritual del curso. A través de nuestras publicaciones, eventos e interacciones personales intentamos ayudar a los estudiantes a sacar el máximo provecho del Curso apoyándolos en su estudio, su práctica y su extensión. Sin embargo, detrás de ese propósito más obvio, hay una visión más profunda, hasta ahora mayormente no expresada. Esa visión más profunda es lo que ahora nos gustaría explicar.
Nuestra visión para el Círculo ha estado en proceso de formación durante diez años. Originalmente, esa visión era principalmente acerca de qué tipo de centro de Un Curso de Milagros sería, qué tipo de servicios ofreceríamos, y así sucesivamente. Muchos de ustedes recordarán nuestra descripción de un centro con tres alas en nuestro boletín de octubre de 1992.
Con el paso del tiempo nos dimos cuenta de que hay asuntos mucho más grandes en juego que sólo nuestra propia organización. Una gran cosa ha ocurrido en la historia de la Tierra, y esa historia nunca volverá a ser la misma. Ha aparecido un camino hacia Dios que muchos de nosotros creemos que es un verdadero avance espiritual, una contribución única al viaje espiritual colectivo de la humanidad. Ha aparecido un libro que muchos de nosotros creemos que es otra aparición en el plano de la historia humana del Maestro de los maestros: Jesús. ¿Qué vamos a hacer con él? ¿Nosotros, su primera generación, lo haremos comenzar con el pie derecho, o lo mandaremos entre tropiezos en alguna otra dirección? ¿Repetiremos los errores del pasado y haremos con su luz lo que hicimos hace 2.000 años? ¿O tomaremos su regalo en manos humildes y haremos con dicho regalo lo que él pretendía?
A medida que estas preguntas crecían en nuestras mentes, sin que nos diéramos cuenta, la pregunta de cómo debería ser nuestro pequeño centro comenzó a desvanecerse en el trasfondo. La verdadera pregunta surgió lentamente: ¿Cuáles son las necesidades del Curso aquí en el comienzo de su vida en el mundo, y estamos en el Círculo dispuestos para atender esas necesidades? Otra forma de decir esto es que la pregunta ya no es sobre cuál es nuestra visión para el Círculo, sino cuál es la visión de Jesús para el Curso.
Esta pregunta me ha consumido en particular durante años. ¿Cómo nos vio el autor exactamente haciendo el Curso? ¿Qué imaginó que sus estudiantes harían con el Texto, el Libro de Ejercicios, el Manual? Cuando pensó en los estudiantes viviendo el Curso, ¿qué tipo de imágenes vio? ¿Cómo nos veía haciendo el Curso práctico? ¿Se suponía que lo hiciéramos en combinación con otros caminos espirituales o por sí mismo? ¿Cómo se suponía que debíamos familiarizar a los nuevos estudiantes con este Curso? ¿Quería que los estudiantes se reunieran o pretendía que hacer el Curso fuera algo totalmente privado? Y si nos veía reunidos, ¿de qué manera? ¿Se imaginaba algo como la escena actual de los grupos de estudio y centros, o estaba imaginando algo más? ¿Cómo veía el Curso cumpliendo el propósito para el que lo escribió? En resumen, ¿qué quería que hiciéramos con su libro?
Al principio simplemente asumí que tales preguntas tendrían que ser respondidas desde fuera del Curso, desde la guía personal o por el temperamento e inclinación personal. Así que me pareció natural que hubiera un caleidoscopio de diferentes respuestas. Sin embargo, con el paso de los años, yo y el resto de nosotros, lentamente nos dimos cuenta de una sola cosa bastante sorprendente y determinante: Las respuestas están en el propio Curso. El autor expuso en las propias páginas del Curso una visión extremadamente consistente y altamente específica del mismo. Nos dijo lo que quería que hiciéramos con los libros. Tenía disposiciones minuciosamente específicas sobre cómo hacerlo práctico. Nos dijo qué hacer con los nuevos estudiantes. Literalmente nos dio el núcleo de una visión comprensiva de la vida del Curso en el mundo. Todo está ahí en el Curso mismo, si realmente prestamos atención a sus palabras, reflexionamos sobre ellas, las llevamos dentro de nosotros y no les quitamos importancia.
El primer aspecto de nuestra visión para el Círculo, entonces (que será detallado más adelante), es hacer justamente eso: prestar atención a las palabras del Curso y, a partir de ellas, discernir verdadera y fielmente la visión de Jesús de Un Curso de Milagros. Todo lo que hacemos con el Curso, como individuos y como organización, descansa en nuestra comprensión de lo que está diciendo. Es absolutamente imperativo, entonces, que nos aseguremos de que nuestro entendimiento refleje el suyo.
La visión del Círculo
I. Discernir fielmente la visión del autor de Un Curso de Milagros
- En nuestra interpretación del Curso nos esforzarnos por conseguir una total fidelidad a sus palabras y a lo que quería decir, independientemente de lo que queramos o no que esas palabras signifiquen, independientemente de si difieren de lo que creemos o se nos ha enseñado, independiente, incluso, de si terminamos estando de acuerdo con ellas.
- Descubrir así el Curso tal como el autor lo vio, descubrir el sistema de pensamiento que puso en él y el programa que diseñó para realizar ese sistema de pensamiento.
Nuestra visión de Un Curso de Milagros
A través de muchos años de intentar seguir los dos puntos anteriores, una visión ha surgido muy lentamente. Aunque yo he tenido un papel principal en el desarrollo de esta visión, también se ha desarrollado dentro de un espíritu de diálogo abierto, especialmente entre Allen Watson y yo. Las opiniones de nadie aquí, incluida la mía, son sagradas o incuestionables. Todo se contrasta con el Curso. Las opiniones se sostienen o caen no por los labios de quien vienen, sino por si están firmemente fundadas en las palabras del Curso. Somos conocidos por, y creemos profundamente en, la búsqueda de un enfoque erudito. Nuestra experiencia es que este enfoque realza la dimensión práctica en lugar de ponerla en riesgo. Cuanto más examinamos las palabras del Curso, más nos damos cuenta de cómo el autor nos instruyó para hacer esas palabras prácticas. Y cuanto más hemos aplicado esas instrucciones, más beneficios hemos recibido – beneficios que, a su vez, iluminan aún más los significados que él puso en esas palabras.
A medida que nuestra visión del Curso se ha hecho visible, notamos que tenía muchas diferencias con las otras visiones del Curso disponibles actualmente. Estas diferencias han provocado un gran diálogo, con otros estudiantes y profesores, entre nosotros aquí en el Círculo, y entre Allen y yo. También nos han impulsado a reexaminar, comprobar y refinar continuamente nuestras conclusiones. A lo largo del camino hemos descartado muchas suposiciones generalizadas, incluso algunas propias. Sin embargo, nuestro proceso de comprobación y refinamiento también nos ha dado una confianza cada vez mayor en la visión general que ha surgido. He aquí un breve esbozo de algunos de sus puntos principales:
Descripción General
- El Curso fue escrito con un propósito: guiar a sus estudiantes hacia un total despertar espiritual a través del entrenamiento de sus mentes en el perdón.
- Jesús es el autor de Un Curso de Milagros y su maestro central. Aunque podemos recibir grandes beneficios del Curso sin tener una relación personal con él, tal relación nos permite beneficiarnos aún más.
- El Curso es la autoridad sobre sí mismo, a diferencia de cualquier maestro, intérprete, canal o estudiante. Sus propias palabras contienen toda la información necesaria sobre lo que enseña y lo que pide a sus estudiantes.
- El Curso es un camino espiritual único, suficiente y completo. Mezclar el Curso con otras enseñanzas y métodos generalmente lo nubla y lo diluye. Pide a sus estudiantes que practiquen sus métodos, en lugar de los métodos de otros caminos. Pero también les pide que honren esos caminos como otras formas del curso universal.
La enseñanza
- El Curso enseña un sistema de pensamiento único. Algunas de sus ideas centrales no se han visto antes en el mundo. Esta singularidad debe ser honrada, no importa cuán difíciles o desafiantes sean algunas de esas ideas.
- El perdón es la idea central y resumida del Curso y es (hasta donde sabemos) un enfoque original para el despertar espiritual total.
- No hay una visión más oscura de la vida tal como la conocemos que la que se encuentra en el Curso. Enfrentar directamente esa oscuridad, en la enseñanza del Curso y en nosotros mismos, es central para hacer el Curso.
- Sin embargo, tampoco hay una visión más brillante de la realidad última y de la salvación. Concentrarse y vivir en ese brillo es también fundamental para hacer el Curso. La luz del amor, vista detrás de los obstáculos, es la que nos atrae a superarlos y a hacerlos desaparecer.
- El Curso afirma que la realidad es un reino sin forma y trascendental, completamente ajeno a nuestra experiencia actual, y que este mundo es totalmente irreal, una proyección de ensueño de nuestro propio demente ataque a Dios.
- Sin embargo, el Curso tiene profundas implicaciones para nuestra vida en el mundo. Aborda nuestras preocupaciones más prácticas, dice que el Espíritu Santo guiará y organizará todos los aspectos de nuestras vidas, y dice que tenemos una función que llevar a cabo activamente en relación con los demás.
- El Curso dice que somos responsables de nuestra propia experiencia y que nuestra única responsabilidad es aceptar la transformación de nuestra propia percepción.
- Sin embargo, también dice que sólo llegaremos a casa a través de la unión con otros en relaciones santas en las que las dos personas experimenten mutuamente su unidad y extiendan la luz de Dios.
- El Curso dice que nunca hemos dejado el hogar, que ya hemos regresado, y que podemos aceptar plena y libremente la liberación total en cualquier momento en que verdaderamente escojamos hacerlo.
- Sin embargo, también caracteriza el viaje espiritual común como un programa de entrenamiento de evolución lenta, que requiere la renuncia a todo lo que conocemos como este mundo y como nosotros mismos, y que nos resultará en la adquisición de un estado general de ser que no podemos concebir actualmente.
El programa
- El Curso es literalmente un curso de milagros, un programa educativo para el despertar espiritual.
- El programa del Curso está contenido en sus tres volúmenes, cada volumen representa una parte diferente del programa.
- Juntos, los tres volúmenes comprenden un único proceso de interiorización progresiva del sistema de pensamiento del Curso, un proceso que asciende a medida que se progresa a través de los volúmenes.
El Texto = estudio
- El texto presenta el sistema de pensamiento y es la base del Curso. El resto del Curso se basa en el Texto y lo asume.
- El texto está destinado a ser estudiado. El estudio intelectual cuidadoso e imperturbable es la base de todo nuestro viaje con el Curso.
- El estudio es por lo tanto práctico. Es la base de la práctica, y, si se aborda con el espíritu adecuado, es una práctica.
- El texto está escrito en un estilo único que hace que la experiencia de lectura sea singularmente transformadora si se lee de una manera que armonice con ese estilo. Para un estudiante del Curso, no hay nada que sustituya el contacto directo con las palabras del Curso.
- El autor valora la comprensión del sistema de pensamiento en su totalidad, en el que vemos cómo todas las partes encajan en el todo, y cómo ese todo está en cada parte.
- A través del estudio del texto, las ideas que eventualmente se convertirán en nuestro nuevo sistema de pensamiento entran en nuestra conciencia y son consideradas por primera vez.
El Libro de Ejercicios = práctica
- El Libro de Ejercicios es un manual de entrenamiento en el método de práctica espiritual del Curso, exactamente el mismo método de práctica recomendado en el Texto. Esta práctica es un acto de repetición, insistencia y aplicación de significado, principalmente en forma de frases condensadas y psicológicamente impactantes.
- La práctica del Libro de Ejercicios es la aplicación práctica del sistema de pensamiento del Curso. El Libro de Ejercicios nos libera de la carga de tener que encontrar maneras de hacer práctico el Curso.
- El Libro de Ejercicios está hecho para ser practicado como dice. Sus instrucciones no tienen que ser seguidas perfectamente, pero sí que deben ser seguidas tan fielmente como sea posible.
- La práctica no está destinada a terminar con el Libro de Ejercicios, sino a comenzar. El Libro de Ejercicios está destinado a crear un hábito para toda la vida de práctica frecuente y profunda del Curso.
- A través de la práctica, los conceptos que entraron en nuestra conciencia a través del estudio se adentran con más profundidad en nuestras mentes y se vuelven más plenamente nuestros.
El Manual para Maestros = extensión
- El Manual para Maestros representa el aspecto final del programa del Curso: extensión a otros. Nos extendemos a los demás a través de la comunicación por pensamiento, palabra y obra de las percepciones sanadas que hemos permitido entrar en nuestras mentes.
- La extensión es necesaria para completar el proceso de aprendizaje. La extensión refuerza las percepciones que extendemos. El sistema de pensamiento que entró a través del estudio y se reforzó a través de la práctica, finalmente se reconoce como completamente nuestro a través de la extensión.
- Aunque el Manual puede ser útil para cualquier estudiante, está destinado principalmente como un manual para estudiantes experimentados que han trabajado el Texto y el Libro de Ejercicios y ahora están listos para asumir su función de extensión a otros.
- El Manual asume que muchos estudiantes experimentados del Curso se convertirán en maestros personales de los nuevos estudiantes del Curso, guiándolos en el estudio y la práctica de Un Curso de Milagros. También parece asumir que convertirse en alumno de tal maestro será la forma característica de comenzar el Curso. Esto significa que el Curso expresamente no es un curso de auto-estudio.
- El Manual también asume que muchos estudiantes experimentados del Curso se convertirán en sanadores que asisten a personas con necesidades de curación (incluyendo enfermedades físicas) y extienden los milagros.
- El Manual asume que al cumplir su función de extensión y al seguir al Espíritu Santo en todos los asuntos, grandes y pequeños, los estudiantes del Curso alcanzarán verdaderas alturas espirituales y finalmente se liberarán de la condición humana.
Todos estos puntos separados pueden no crear una imagen muy clara y completa para ti. Para pintar tal cuadro, he escrito un artículo corto y separado titulado, “El Camino Monástico Tradicional en el Contexto de la Sociedad Contemporánea”[1]. Su punto principal es que el programa del Curso para el crecimiento espiritual se asemeja mucho a las tradiciones monásticas de la mayoría de las religiones del mundo, aunque con una gran diferencia: Se lleva a cabo en el contexto de la sociedad humana contemporánea en lugar de enclaustrarse lejos de esa sociedad.
La visión del Curso que se da en los puntos anteriores es muy similar a muchas características del monacato tradicional. El Curso presenta una disciplina espiritual exigente, un programa completo y pre-establecido que incluye el estudio de las escrituras sagradas, la práctica de la disciplina mental, y la extensión benéfica a otros. Apunta a la meta más alta posible: la iluminación total. Y para aquellos que realmente aspiran a este objetivo, pide una dedicación total. Incluso proporciona maestros experimentados para ayudar a los neófitos a lo largo del camino. Todos estos elementos son comunes a las tradiciones monásticas. Sin embargo, el Curso presenta su programa como algo que puede, y que de hecho está diseñado para, ser llevado a cabo en medio de nuestros asuntos cotidianos.
Incluso para los más dedicados y entusiastas entre nosotros, tal visión puede sentirse como nada menos que una camisa de fuerza de varias capas, o como muchos dedos que oprimen nuestras gargantas. Ciertamente, asumimos que Jesús habría sido más flexible. Seguramente habría dejado la forma en que hacemos el Curso a nuestras preferencias e intuiciones individuales. Preguntémonos, sin embargo: ¿Es eso probable? ¿Es probable que un ser con la sabiduría de Jesús, que caracteriza a sus alumnos (nosotros) como predominantemente dementes, atrapados en los laberintos de la falsa lógica de nuestro ego y literalmente aterrorizados del Dios hacia quien nos va a conducir, dejara la implementación de su programa de iluminación espiritual a esos alumnos dementes, ciegos y aterrorizados? ¿No preferiría él proporcionar a esos estudiantes un plan de estudios cuidadosamente diseñado que tenga en cuenta el hecho de que, abandonados a su suerte, sus estudiantes siempre tomarán la decisión equivocada?
Esta forma de hacer el Curso no se ha iniciado en el mundo
Debo confesar que a medida que la imagen anterior se enfocaba más y más, me ha dejado muy sorprendido. Porque esta imagen no se parecía en nada a lo que los estudiantes, incluido yo mismo, han hecho con el Curso en los últimos veinte años. Aunque es difícil generalizar, me parece que el Curso se ha estado abordando menos en la forma que he descrito anteriormente y más como una colección de ideas para ser leídas y discutidas (y quizás aumentadas con técnicas experienciales y prácticas de otros lugares), como parte de un ecléctico viaje espiritual auto-guiado. Por ejemplo, si miramos hacia atrás sobre los puntos anteriores, casi todos los puntos de nuestra visión caen en una de las dos categorías: O bien es, a) una idea con la que un porcentaje significativo de los estudiantes del Curso no estarían de acuerdo, o, b) una idea de la que muy pocos han oído hablar o considerado. Incluso entre esa muy pequeña minoría de estudiantes del Curso que ve el Curso como un programa literal dirigido al despertar espiritual total, pocos de ellos están realmente llevando a cabo el estudio, la práctica y la extensión diaria que constituyen el programa.
Considerándolo todo, creo que podemos decir con seguridad que si la visión anterior refleja verdaderamente lo que Jesús pretendía para su Curso, entonces lo que pretendía no se ha iniciado realmente en el mundo.
Esta puede ser una idea muy sorprendente y aleccionadora. ¿Podría ser que lo estemos haciendo otra vez? La última vez que Jesús apareció, lo que pretendía dejar atrás fue (desde la perspectiva del Curso y de la mayoría de los eruditos bíblicos) seriamente distorsionado por sus seguidores. Qué ironía sería si apareciera de nuevo, esta vez en forma de un libro que registrara sus palabras exactas y lo explicara todo, y aun así irreflexivamente nos desviáramos de él e hiciéramos lo que quisiéramos. ¿No sería irónico?
Esta posibilidad plantea muchas preguntas. La primera podría ser: Si esto es cierto, ¿no sería una tragedia horrible? No lo creo. En lugar de “trágico”, diría “esperado” y “perdonable” y, espero, “temporal”. ¿Qué podría ser más predecible que el juntar las piezas de Un Curso de Milagros nos tomaría un tiempo? Un gran libro con lenguaje complejo, terminología extraña y conceptos desconocidos simplemente cae del cielo a nuestros regazos. Su autor no está en un cuerpo y por lo tanto no puede reunir a un grupo de discípulos a los que instruye minuciosamente en cómo usar esta cosa. Llega a la América del siglo XX, un tiempo y lugar lleno de ignorancia sobre el desarrollo espiritual superior y de prejuicios contra lo que se necesita para alcanzar ese desarrollo. Y llega a un mundo que sus propias palabras afirman que está completamente loco…; ¿Qué otra cosa haríamos con él sino pasar mucho tiempo bailando a su alrededor, gritando y chillando como los simios en 2001: Una Odisea del Espacio, tratando de averiguar qué hacer con eso? (Por favor, no te ofendas con esta imagen; yo mismo he pasado bastantes años “bailando alrededor” también.)
Otra pregunta es, ¿qué pasa si el mundo ha hecho con el Curso exactamente lo que él quería y, en cambio, es la visión que acabo de presentar la defectuosa? Esto es ciertamente posible. El Curso es simplemente una serie de palabras; las palabras necesitan ser interpretadas; podríamos haberlas malinterpretado. El autor podría haber tenido otra visión específica para el Curso. O podría no haber tenido una visión específica; quizás quería que todos siguieran sus inclinaciones individuales al hacerlo.
Obviamente, cada vez que tomas una posición corres el riesgo de situarte en un terreno equivocado. Todo lo que puedo decir, y lo digo con la más profunda sinceridad, es que nuestro valor más sagrado en el Círculo es discernir lo que Jesús realmente quiso decir con sus palabras. Lo que importa no es lo que yo piense, o lo que Allen piense, sino lo que él dijo; lo que él dijo. Simplemente asumimos que hay una brecha entre nuestra comprensión y lo que él dijo; que siempre podemos entender mejor sus palabras. Esto significa que nuestra visión del Curso es un trabajo en progreso; ha evolucionado con el tiempo y continúa haciéndolo. Si descubrimos que algún aspecto del mismo no refleja lo que el autor dijo, te prometo que cambiaremos de opinión y te lo diremos. Sin embargo, también significa que una vez que realmente nos establecemos en algo, tenemos una gran confianza en que estamos viendo algo más allá de nuestros propios prejuicios.
Otra pregunta es, ¿no es cierto que el decir que Jesús impartió una visión específica del Curso pone en entredicho otros enfoques del Curso? En aras de la aceptación e inclusión, ¿no deberíamos afirmar e incluir todos los enfoques como válidos? Para mí, estas son realmente dos preguntas separadas. Primero, ¿deberíamos condenar a aquellos que no hacen el Curso de la manera que yo digo? La respuesta, por supuesto, es un claro e inequívoco “no”. Siempre existe la tentación (incluso, según entiendo, en los grandes maestros espirituales) de juzgar a aquellos que se acercan a Dios de forma diferente. Así que debemos estar constantemente atentos a tal juicio y practicar el entregarlo al Espíritu Santo para su sanación.
En segundo lugar, ¿deberíamos estar de acuerdo con esos otros enfoques? Para el Círculo esta pregunta toma una forma muy inmediata: ¿Deberíamos incluir otros enfoques del Curso en nuestro centro? Hace varios años pensé que sí debíamos, y lo dije en la declaración de visión a la que aludí anteriormente: “[El Círculo] se basará principalmente en mi interpretación del Curso, pero mi esperanza es que en años futuros incluya a otros profesores [y sus otras interpretaciones]”. Claramente, ya no planeamos incluir una multiplicidad de enfoques. Ahora, estamos tratando de representar sólo lo que podemos encontrar en el Curso mismo. Sentimos que el Círculo tiene un llamado particular: presentar, lo mejor que podamos y entendamos, el propio enfoque de Jesús sobre el Curso. Mezclar eso con otros enfoques sólo puede diluir ese esfuerzo y opacar la claridad del mensaje. Si encuentras esta postura demasiado estrecha, entonces lo más probable es que no elijas unirte a nosotros. Lamento cualquier sentimiento de distancia o diferencia que pueda engendrar, y espero fervientemente que no obstaculice nuestro reconocimiento de que, a pesar de las diferencias superficiales, estamos trabajando hacia el mismo objetivo. Pero para nosotros, el acercamiento de Jesús a su propio libro no es uno entre muchos; es el único que cuenta.
Esto no significa que no trabajemos con otras personas en el mundo del Curso y los consideremos nuestros queridos amigos. Creemos que a mucha gente se le ha dado un papel en la historia del Curso en el mundo, papeles que difieren de los nuestros. Los honramos, los respetamos y los amamos por lo que hacen. Así, incluso cuando no vemos el Curso exactamente igual, podemos compartir felizmente una causa común. Muchas de las personas en esa causa comparten con nosotros muchas similitudes en perspectiva. Así que continuaremos cooperando con otros, pero también prestaremos nuestra particular voz a la visión del Curso que vemos.
Una última pregunta que surge cuando decimos que la visión de Jesús para el Curso no ha comenzado realmente es, ¿qué hay de todo el bien que el Curso ha hecho? ¿Cómo puedo decir que las intenciones del autor aún no se han llevado a cabo cuando el Curso ha traído tanta luz al mundo? Ha cambiado incontables vidas. Su mensaje ha llegado, en diferentes formas, a millones de personas. Se ha convertido en el camino espiritual de miles de buscadores. Ha generado cientos y cientos de grupos de estudio, docenas de centros y ha inspirado decenas de libros. ¿No significa todo esto que el Curso está cumpliendo el propósito para el que vino a esta tierra? Creo que la respuesta es tanto “sí” como “no”. Sí, el Curso ha hecho un gran bien y eso es motivo de celebración. ¿Qué más podríamos esperar? Cuando Jesús habla, la gente se cura. Pero sólo porque el Curso ha llegado a mucha gente no significa que hagamos con él lo que él quería. Después de todo, ¿el inmenso tamaño de la religión cristiana significa que eso es lo que Jesús tenía originalmente en mente?
Hay otra forma de ver la pregunta anterior: ¿Qué hay de todo el bien que el Curso no ha hecho en el mundo? Si tú eres un estudiante del Curso desde hace mucho tiempo, ciertamente ha notado la gran discrepancia entre lo que el Curso promete a sus estudiantes y lo que sus estudiantes realmente parecen experimentar y alcanzar. ¿Dónde están los adeptos de Un Curso de Milagros, los maestros avanzados de Dios a los que se refiere el Manual para Maestros? Probablemente también ha notado que la mayoría de las personas que comienzan el Curso eventualmente pasan a otras cosas, a menudo cosas que parecen decididamente menos profundas. El Curso simplemente no está produciendo los elevados resultados que parecía anticipar para sus estudiantes. Si, de hecho, estamos haciendo lo que el autor pretendía, entonces afrontémoslo: Un Curso de Milagros es un fiasco. Puede hacer algo bueno, pero no cumple sus promesas. Si, por otro lado, no hemos entendido realmente las instrucciones y no hemos empezado a llevarlas a cabo todavía, entonces todavía hay esperanza. Tal vez aún podamos realizar todas esas maravillosas promesas que leímos en esas páginas.
Aunque las preguntas anteriores vienen fácilmente a la mente, la pregunta para nosotros en el Círculo es mucho más directa: Si lo que Jesús pretendía que hiciéramos con su libro aún no se ha manifestado en el mundo, ¿qué vamos a hacer al respecto? ¿Qué más podemos hacer? ¿Qué podemos hacer sino dedicarnos, nuestras mentes, nuestros corazones, nuestras vidas, nuestra organización, a tratar de manifestar su visión?
Así que nuestra visión para el Círculo es, fundamentalmente, jugar nuestro papel en el plan de Jesús para el Curso. Creemos que su trabajo con el Curso continúa, que tiene un plan para manifestar su visión del Curso. Y queremos cumplir nuestra función en ese plan. Esta idea captura la segunda parte de nuestra visión para el Círculo.
II. Ser un instrumento en el plan de Jesús para manifestar su visión del Curso en las vidas de sus estudiantes y en el mundo.
- Ver a Jesús como el maestro y guía del Círculo; vernos a nosotros mismos como instrumentos en su plan y seguir su guía en todo lo que hacemos.
- Hacer lo que podamos para ayudar a que el Curso comience con el pie derecho aquí en el principio de su historia.
- Hacer todo lo que podamos para comunicar a los estudiantes y fundamentar en el mundo la comprensión del sistema de pensamiento del Curso que Jesús pretendía.
- Hacer todo lo que podamos para fundamentar en el mundo y en las vidas de los estudiantes el uso esperado del Curso como un programa literal de verdadero despertar espiritual.
¿Cómo podemos hacer el Curso de acuerdo a las indicaciones?
Una pregunta que probablemente ha estado molestando a la mayoría de los lectores hasta este punto es, ¿cómo vamos a hacer el Curso de esta manera? Si tuviéramos la dedicación de un monje, probablemente seríamos un monje. La mayoría de nosotros, lo único que podemos hacer es asistir a un grupo de estudio semanal, quizás leer nuestra lección del Libro de Ejercicios por la mañana, y recordarla una o dos veces durante el día. Simplemente no parece estar a nuestro alcance hacer más que eso.
El autor del Curso no era ingenuo; sabía que a la gente le costaría mucho hacer el tipo de estudio, práctica y extensión que él defendía. Es por eso que trata de atraernos de manera suave y gradual. Por ejemplo, para las primeras diecinueve lecciones del Libro de Ejercicios nos pide muy poco. Luego en la lección 20 comienza a guiarnos hacia lo que se convierte en una estructura cada vez más exigente, con estas palabras suavemente persuasivas:
Ésta es la primera vez que intentamos establecer cierta estructura. No interpretes esto erróneamente como un intento de querer ejercer presión o fuerza. Deseas la salvación. Deseas ser feliz. Deseas la paz. No lo has logrado todavía porque tu mente no tiene ninguna disciplina… (FIP L-pI.20.2:1-6).
No necesitamos un gran compromiso con el Curso por adelantado. Él espera demostrarnos gradualmente su valor, con el resultado de que poco a poco nos veamos arrastrados a un compromiso total.
Incluso con su amable enfoque, el autor sabía que sólo una minoría haría el Curso como dice. La sección 3 del Manual habla de tres niveles diferentes de relación entre un profesor y su alumno: el encuentro casual, la relación intensa pero temporal y la relación de por vida. He pensado durante mucho tiempo que podemos aplicar este mismo esquema a la relación entre el Curso y sus alumnos. Esto significaría que muchos alumnos tendrán simplemente un encuentro casual y fugaz con el Curso; mientras que otros tendrán una relación intensa con él durante un tiempo y luego seguirán adelante. Finalmente, habrá quienes estén con el Curso de por vida. Sin embargo, el Manual dice dos cosas muy pertinentes sobre estas relaciones de por vida. Una, que “Por lo general no hay muchas relaciones de este tipo” (FIP M-3.5:3). Dos, la mayoría de ellos “en la mayor parte de las ocasiones no” (FIP M-3.5:4) reconocen cuán perfecta es la situación y no aprenden la perfecta lección que les ofrece. La mayoría “parecen fracasar” (FIP M-3.5:7). Para resumir, entonces, una minoría estará con el Curso de por vida, y una minoría de esa minoría realmente se apoderará de él y aprenderá su perfecta lección.
¿Qué hacemos entonces si no somos parte de esa pequeña minoría? ¿Qué significa el que no estamos haciendo el programa tal como está establecido? Ciertamente no significa que no podamos volver a Dios. Durante miles de años, la gente ha alcanzado grandes alturas espirituales sin hacer Un Curso de Milagros. Tampoco significa que no podamos obtener grandes beneficios del Curso. Como he dicho antes, el Curso ya está cambiando las vidas de mucha gente sin hacerlo de la manera que he descrito. Definitivamente, no significa que seamos pecadores, o menos dignos a los ojos de Dios. Simplemente significa que no estamos obteniendo tanto beneficio de Un Curso de Milagros como podríamos. No nos estamos volviendo tan felices y pacíficos como podríamos. Eso es todo. El no seguir el programa perfectamente no es causa de culpa, no hay causa de culpa.
Sin embargo, la cuestión principal no es cómo consolarnos cuando no estamos haciendo el Curso de acuerdo con las instrucciones. Es cómo facilitarnos a nosotros mismos el seguir realmente las instrucciones, ya que seguir las instrucciones es la forma en que nuestras mentes se entrenan. Después de todo, como en la cita anterior, queremos la salvación, queremos la felicidad, queremos la paz. No las tenemos ahora porque nuestras mentes no están entrenadas, no porque no nos hayamos consolado suficientemente por no hacer el entrenamiento.
Desde hace algunos años en el Círculo hemos estado reflexionando sobre cómo podemos elevar a los estudiantes del Curso, incluyéndonos a nosotros mismos, hasta lo que el Curso les pide. Mucha de la energía de los escritores y profesores desde la publicación del Curso se ha dedicado a acercar el Curso a la gente, a través de versiones más simplificadas o acortadas, secuelas, cambiando el lenguaje, o combinándolo con otras cosas. Sin embargo, si el autor deliberadamente estableció el Curso de cierta manera y nos pidió que hiciéramos ciertas cosas, y luego nos prometió que si hacíamos esas cosas experimentaríamos milagros, entonces ¿por qué no encontramos una manera de hacerlas? El beneficio – los milagros – ciertamente parece que vale la pena. En lugar de gastar toda nuestra energía tratando de bajar el Curso hacia nosotros, ¿por qué no usamos el mismo esfuerzo para elevarnos hasta él?
¿Cómo podemos hacer esto? Antes de sumergirnos en la especulación, tal vez deberíamos ver si el propio autor tiene alguna sugerencia. Creo que la tenía. Como se mencionó en la visión anterior, creemos que el Manual para Maestros habla claramente de estudiantes experimentados del Curso que juegan el papel de maestro espiritual para los nuevos estudiantes del Curso, funcionando como una especie de mentor del Curso. Además, las únicas veces que el Curso menciona a los estudiantes principiantes del Curso de Milagros (FIP M-24.3, M-24.5, M-29.1-2), los menciona como alumnos de un maestro más experimentado. Para mí esto implica que el autor parecía esperar que así es como los principiantes comenzarían el Curso.
Según el Manual, el profesor satisface muchas necesidades del alumno. Guía al alumno en el uso de los volúmenes del Curso, responde a sus preguntas sobre el mismo, aclara los objetivos y valores centrales del Curso, aclara la relación entre el Curso y varios temas externos, habla de los problemas personales del alumno, reza por el alumno, responde sin ira cuando el alumno busca la salvación de las ilusiones. En todo esto el maestro adapta su enseñanza a las necesidades particulares y al nivel de desarrollo del alumno, recurriendo siempre al Espíritu Santo para que le guíe en el modo de hacerlo. El maestro hace mucho más que simplemente proporcionar información. Presenta una demostración viviente de los principios del Curso, prueba viviente de que este camino realmente funciona. Y le da al alumno alguien con quien unirse en un propósito común, ofreciéndole así una salida a la ilusión de la separación. El resultado final es que el alumno se convierte en un maestro de Dios mismo.
Ahora déjame preguntarte esto: Si estuvieras en una situación como esta, ¿crees que te resultaría más fácil dedicar el tiempo y el esfuerzo necesarios para hacer el Curso? La pregunta es casi retórica; por supuesto que lo sería. Para mí, la relación profesor-alumno se parece a la prescripción del autor para elevar a los estudiantes al Curso, permitiéndoles hacerlo de acuerdo a las instrucciones. Esto no debería sorprendernos. Después de todo, es la misma función que los maestros y profesores han cumplido en los caminos espirituales alrededor del mundo durante miles de años.
Creo que el autor tenía otra indicación. Piensa en cómo llegó el Curso al mundo. Dos personas se unieron con el objetivo común de encontrar y demostrar un camino mejor. A través de esto, el Curso llegó a ellos como un camino mejor. Por lo tanto, llegó a ambos juntos y les habló a ambos juntos. No sólo lo tomaron juntos, sino que estaba destinado a ser practicado por ellos juntos. El texto está lleno de advertencias para que los dos apliquen el perdón del Curso al otro. Aquí hay una:
Y así, tú y tu hermano os encontráis ahí en ese santo lugar, ante el velo de pecado que pende entre vosotros y la faz de Cristo. [una referencia a estar de pie ante el último obstáculo para la paz, el temor de Dios] ¡Dejad que sea descorrido! ¡Descorredlo juntos! Pues es sólo un velo lo que se interpone entre vosotros. Por separado, cada uno de vosotros lo veréis como un sólido muro y no os daréis cuenta de lo delgado que es el cortinaje que ahora os separa (T-22.IV.3:1-4).
Noten que no sólo les dice que levanten el velo juntos, sino que también les dice claramente (como lo hizo en muchos otros lugares) que no lo harían solos. Harían el Curso juntos o no lo harían en absoluto. Supongo que podrían obtener grandes beneficios del Curso por su cuenta. Pero para levantar realmente el velo final… para eso se necesitaban mutuamente. Ahora tal vez todos nosotros estamos simplemente más avanzados de lo que Helen y Bill estaban. Tal vez podamos lograrlo por nosotros mismos. Pero Jesús fue muy claro en que ellos no podrían.
Así que los primeros estudiantes del Curso debían hacerlo juntos, y su decisión de recorrer un camino juntos es lo que trajo el Curso al mundo. Si la idea de practicar el Curso juntos fue tan central en su nacimiento, se podría suponer que esta idea no sólo se aplica a Helen y Bill. Y estarías en lo cierto. La Lección 183 del Libro de Trabajo atribuye gran importancia al hecho de que dos personas practiquen esta lección juntas:
Y si te unes a un hermano mientras te sientas con él en silencio y repites dentro de tu mente quieta el Nombre de Dios junto con él, habrás edificado ahí un altar que se eleva hasta Dios Mismo y hasta Su Hijo (FIP L-pI.183.5:4).
Veo esta idea como sutilmente diferente a la relación profesor-alumno. Según entiendo, Helen y Bill eran más como compañeros en esto que como profesor y alumno. Las personas que practican juntas en la lección 183 son simplemente hermanos, no necesariamente profesor y alumno. Por lo tanto, caracterizaría esta idea como dos compañeros que se unen para hacer el curso, en lugar de un profesor que guía a un alumno. Sin embargo, si se da un paso atrás, las dos ideas son realmente muy similares. Ambos son ejemplos de personas que se unen en el objetivo común de despertar a través de hacer el Curso juntos. Como dice el Manual, “Aquellos que han de aprender el mismo curso comparten un mismo interés y un mismo objetivo” (FIP M-2.5:7).
Así que considero que esta idea – la de unirse para practicar Un Curso de Milagros – es una idea instituida claramente por el autor. Hay todas las razones para creer que esta es su receta de cómo los estudiantes pueden ser elevados al Curso; que esta es su solución para nuestra aparente incapacidad de seguir sus desafiantes instrucciones. Sí, lo sé, el Curso es universal y “oficialmente” descrito como un curso de “auto-estudio”. Pero el Curso no se describe a sí mismo de esta manera, ni sé de ninguna guía privada de Jesús que haya dicho esto. Recientemente le pregunté a Judith Skutch-Whitson, Presidenta de la Fundación para la Paz Interior, de dónde o de quién vino esta frase y no pudo recordarlo.
Si esta es la indicación de Jesús para que hagamos el Curso, ¿por qué no tomar esta idea y llevarla hasta el final? ¿Debemos imaginarnos relaciones aisladas entre profesor y alumno y entre compañeros, sin contacto entre ellos? Después de todo, se podría decir que la “relación aislada” es un oxímoron. ¿Por qué no imaginar esas relaciones conectadas entre sí, en relación con cada uno, de modo que todas juntas formen una gran red compuesta de estas relaciones? ¿Por qué no imaginar todo un sistema de apoyo centrado en la unión para hacer el Curso como un programa literal y suficiente para el despertar espiritual? Es perfectamente cierto que Jesús nunca mencionó tal sistema, sin embargo, es realmente un paso muy pequeño y lógico de lo que sí mencionó.
Como muchos de ustedes saben, así es como nosotros en el Círculo hemos imaginado el futuro. Imaginamos una especie de subcultura del Curso, con nodos en centros de población alrededor del país y eventualmente alrededor del mundo (ver mi artículo en la edición de marzo de 1994 de A Better Way). Lo hemos visto como una reminiscencia de la subcultura de los 12 pasos, en que se definiría simplemente por la dedicación común a un camino espiritual particular, y no por ninguna forma externa (como la vestimenta, la apariencia, el estilo de vida, etc.). En otras palabras, nada sobre su apariencia, ocupación, dieta, etc., diría que tú formas parte de esto.
Esta subcultura o sistema de apoyo (que describiré en breve) tendría al menos dos ventajas importantes sobre el concepto de uniones aisladas. Primero, un sistema de apoyo generalmente tiene una mejor oportunidad de guiar, reforzar y elevar a un individuo que una relación única. Por lo general, puede comunicar sus creencias y valores compartidos a alguien con más fuerza que un solo individuo.
Segundo, esta subcultura transmitiría sus creencias y valores, no sólo al individuo, sino a las generaciones posteriores. Por lo tanto, no se dejaría a cada generación el averiguar e implementar el Curso de nuevo. En su lugar, la comprensión, la dedicación, la luz y el poder de una generación fluiría directamente a la siguiente, haciendo que esta cultura del Curso se hiciera más rica, profunda y brillante a lo largo de los siglos. En este punto, el Curso se habría convertido en la base de una tradición espiritual continua, una tradición basada únicamente en el esfuerzo colectivo de desenterrar sus tesoros espirituales y llevarlos a las vidas de sus estudiantes.
Vemos esta idea de sistema de apoyo como la verdadera esperanza para que el Curso cumpla su propósito en este mundo. Por lo tanto, forma otra parte de nuestra visión para el Círculo.
III. Ayudar a encender una tradición duradera basada en la unión de los estudiantes para hacer el curso como el autor imaginó
- Ayudar a desencadenar un sistema de apoyo mundial, cultivando primero uno en Sedona y luego ayudando a otros a establecer sistemas de apoyo en otros lugares.
- Ayudar a que el Curso se convierta en una tradición espiritual continua, una tradición totalmente basada en la comprensión y el uso del Curso como el autor pretendía.
Una visión del futuro
¿Qué pasa ahora cuando alguien hace suyo el Curso? Como probablemente fue tu caso cuando empezaste, los estudiantes principiantes del Curso están más o menos a la deriva en el océano abierto. No saben qué hacer con él. Podrían finalmente unirse a un grupo de estudio, muchos de los cuales son caracterizados por sus propios miembros como “el ciego guiando al ciego”. Podrían conseguir algún material basado en el Curso, la mayoría de los cuales está muy vagamente inspirado en el Curso y lo mezcla con otros sistemas de pensamiento. La gran mayoría de estas personas se quedarán con el Curso por un período de tiempo, mientras su excitación inicial se enfría y se convierte en una vaga desesperación, para luego seguir adelante. Para ellos el Curso será una de las muchas estaciones a lo largo del camino, tal vez incluso su puerta inicial al fascinante y exótico mundo de la espiritualidad alternativa.
Imaginemos un futuro muy diferente, en, digamos, el año 2026 (un momento tomado arbitrariamente 50 años a partir de la fecha de publicación del Curso). Ahora, no puedo decir que se verá o debería verse exactamente así. Lo importante no son los detalles sino la idea general. En este hipotético futuro, una persona empieza a oír hablar del Curso y se siente atraída a comenzarlo. Pregunta por ahí y le dicen que la mayoría de la gente sólo hace el Curso a su modo, sin embargo, los que parecen obtener resultados participan en un sistema de apoyo al Curso. Esa persona descubre que ese sistema es una red compuesta de varios maestros del Curso, reuniones, sanadores y estudiantes que comparten un enfoque general común del mismo.
Así que ella encuentra una lista de reuniones de su sistema de apoyo local y va a una reunión de apoyo general. Lo que encuentra allí le deja una profunda impresión. Ve a personas que simplemente asumen que las páginas de este libro contienen un programa completo y consistente para su viaje hacia la felicidad final. Tienen una cualidad de alegría, libertad y cuidado que ella encuentra profundamente atractiva. Están unidos en una visión común de la vida y se apoyan mutuamente en esa visión. En resumen, ella ve una cultura compuesta de individuos con sus propios valores, perspectivas y prácticas, su propia forma de vida.
Así que va a más reuniones, y a medida que se expone a esta cultura, aprende de qué se trata el Curso. Ella mira a su alrededor y ve lo que para ella parece una especie de tradición neo-budista. Ve a la gente tratando el texto como una escritura de primera clase, digna de años de estudio minucioso. Ella ve a los estudiantes tratando el Libro de Ejercicios como un manual literal para la práctica espiritual seria. Ella ve a la gente feliz y desinteresadamente extendiendo su amor a otros, como si dar fuera realmente recibir. Ella ve a los estudiantes trabajando abiertamente bajo la guía de sus maestros personales. Ella ve a sanadores del Curso que van a las personas enfermas y obtienen resultados milagrosos. Ella ve a personas que han dedicado décadas de sus vidas al Curso como su único camino espiritual. Y ve que algunos de ellos alcanzan verdaderas las alturas espirituales, convirtiéndose en seres cuyo avance sería reconocido por personas de cualquier tradición espiritual.
Ella aprende que, si realmente quiere caminar este camino en serio, entonces ella misma necesita encontrar un maestro, un estudiante más experimentado que pueda responder a sus preguntas, dar un ejemplo, ayudarla a aplicar el Curso a sus asuntos personales y, en general, ayudarla a guiarla en este nuevo y extraño terreno. En una de las reuniones de apoyo se acerca a una persona a la que se siente atraída de esta manera y comienzan una relación profesor-alumno.
Ella comienza a ir a algunas de las otras reuniones del sistema de apoyo. Asiste a una reunión de estudio, dirigida por su profesor, que ayuda a los presentes a extraer el tesoro en cada frase. También aprende cómo estudiar, con un ejercicio enfocado y atento de toda su mente y sus emociones. Y así comienza a estudiar por su cuenta, sin entender todo lo que lee, pero, además de obtener tremendas intuiciones, siente que algo en lo profundo de su ser se alimenta y se transforma.
Finalmente, y después de considerarlo en oración, decide comenzar el libro de ejercicios y asiste a una reunión de apoyo del libro de ejercicios. Con el apoyo de los demás miembros del grupo y con el asesoramiento y la orientación experimentados de su profesor, se encuentra practicando con una regularidad e intensidad que habría sido imposible por sí sola. Siente que sus creencias profundas e incuestionables se ven anuladas; empieza a sentir que toda su perspectiva del mundo cambia a medida que progresan las lecciones.
Los años pasan y ella participa en otros aspectos del sistema de apoyo. Asiste a reuniones ocasionales de oración y meditación, así como participa en pequeños grupos formados con fines especiales de estudio, práctica o apoyo. Pasa tiempo al teléfono apoyando a sus compañeros en la práctica de su libro de ejercicios. Su ancla sigue siendo la relación con su maestro, que continúa profundizándose con el tiempo.
Cuando tiene una necesidad especial de curación, ya sea un problema físico o un profundo trastorno emocional, llama a uno de los muchos eficaces sanadores del sistema de apoyo del curso. A veces recibe asesoramiento basado en el Curso; otras veces, de otros sanadores, recibe sanación por medio de la oración. A lo largo del camino experimenta muchos casos de liberación inmediata de un problema, un tipo de liberación que las personas fuera del sistema de apoyo encontrarían difícil de creer.
Estos años valen la pena, y poco a poco encuentra que ella misma es una persona muy diferente, sin las preocupaciones que tenía antes, relativamente impermeable a los insultos, los ataques y las preocupaciones que la golpearon antes, libre de la carga del pasado y esperanzada en el futuro. Otros encuentran que es curativo sólo estar cerca de ella.
Un día, alguien en una de las reuniones de apoyo se acerca a ella y comenta su serenidad, ligereza y falta de pretensión, y luego le pregunta si está abierta a aceptar un alumno. Después de buscar orientación en su interior, ella acepta, y esto comienza un patrón. Cada vez da más tiempo a sus alumnos, ayudándolos personalmente en cada aspecto de su trabajo con el Curso. Dirige una reunión de apoyo ocasional y asume otras responsabilidades en el sistema de apoyo. A medida que lo hace, su propia realización del Curso se profundiza inconmensurablemente. Ocasionalmente, en sus meditaciones se desliza a otro reino y experimenta una alegría y una paz más allá de la descripción humana.
Empieza a darse cuenta de que los caminos de muchos más estudiantes que sus pocos alumnos descansan en ella. Mira a su alrededor a los otros profesores y sanadores del sistema y ve sus constantes esfuerzos. Se da cuenta de que juntos, ella y ellos son como los postes de una tienda de campaña, sosteniendo todo el sistema. Su estudio y práctica personal diaria y su servicio diario a sus compañeros de clase están apoyando los caminos de cientos de estudiantes, así como haciendo posible que los nuevos estudiantes entren y encuentren un hogar. Son la inspiración que mantiene todo en marcha, la prueba viviente de que entregarse al Curso no es una empresa inútil, sino que da resultados en una felicidad inimaginable en el mundo cotidiano.
Y luego reflexiona sobre el hecho de que esto no sólo sucede en su ciudad. Esto mismo está sucediendo en los principales centros de población de todo el mundo, involucrando a incontables miles de personas como ella. En todo el mundo la gente se ayuda mutuamente a usar el Curso para encontrar el verdadero perdón y encontrar a Dios. Se da cuenta de que es parte de una nueva tradición espiritual en el mundo, una tradición sin gobierno o propiedad mundana, sin hombres que ejerzan poder sobre otros porque se lo han concedido otros hombres en el poder. El único enfoque de esta tradición es el Curso, el único propósito es proporcionar un contexto fructífero en el que la gente pueda “tomar” este Curso como el autor lo pretendía, hasta que los “tome” y logren el objetivo que él estableció. El único poder se otorga mediante el reconocimiento colectivo no oficial, ya que el sistema reconoce instintivamente a aquellos que realmente se han entregado a este camino y se vuelven más libres a través de él.
Con profunda satisfacción se da cuenta de que el Curso realmente está cumpliendo la razón por la que vino a la tierra; que realmente estamos revirtiendo dos mil años de tomar la hermosa verdad de Jesús y no manifestarla como él había planeado; que la tierra realmente está experimentando el nacimiento de una nueva luz; que por primera vez masas de gente están persiguiendo la realización de un genuino perdón de manera consciente, intencionada y apasionada; y que el mundo nunca será el mismo.
¿Cómo empezar esto?
Este es nuestro sueño aquí en el Círculo, que a través de la unión de las personas para hacer el Curso como el autor pretendía, el Curso cumplirá el propósito para el que vino a esta tierra. ¡Pero qué meta tan elevada es ésta! ¿Qué podemos hacer como una sola organización para ayudar realmente a lograr esto de manera significativa?
Después de años de escribir publicaciones y organizar grupos de estudio, talleres, intensivos y retiros, hay una cosa que sí sabemos: Podríamos seguir haciendo esto para siempre y nunca producir lo que queremos ver en el mundo. Vemos nuestras publicaciones y eventos como vitales, pero ciertamente no son suficientes.
Lo que una vez fue sólo un noble ideal en nuestras mentes se está convirtiendo lentamente en una convicción que lo consume todo: Si queremos ver a la gente por ahí haciendo el Curso, entonces primero debemos hacerlo nosotros mismos. Si queremos manifestar esta visión en el mundo, entonces debemos encarnarla nosotros mismos. Como dice el Curso en esa conocida línea, esta es nuestra única responsabilidad. “La única responsabilidad del obrador de milagros [el que extiende los milagros al mundo] es aceptar la Expiación para sí mismo” (FIP T-2.V.5:1). De su propia realización interior fluirá todo lo que tenga que dar al mundo.
Por supuesto, esto es lo más difícil de hacer para cualquier persona, y especialmente para cualquier organización espiritual; vivir realmente a la altura de los propios ideales más elevados. Desearía poder decirles que esto ha sido muy fácil para nosotros y es algo que ya hemos logrado, pero tenemos un largo camino por recorrer. Si tenemos algún prodigio espiritual entre nuestros cinco miembros de la junta, Allen Watson, Tom Dunn, Jeanne Cashin, Susan Perry y yo, han mantenido su verdadera identidad bien oculta. En otras palabras, seguimos aspirando a hacer el Curso como lo hemos esbozado en este artículo y ninguno de nosotros es todavía (tomando prestada una frase de Jeanne) un “experto en el perdón” como anhelamos ser. Lo que podemos decir es que hemos recorrido un largo camino en este sentido y estamos tremendamente animados. Cuanto más nos acercamos a hacer el Curso como el autor pretendía, más resultados vemos, tanto en nuestras propias vidas como en las vidas de los estudiantes aquí en Sedona.
Por esta razón, hemos renovado nuestro compromiso individual y grupal para hacer realmente el Curso como el autor lo estableció. El hecho de que el cumplimiento de nuestro propósito dependa de esta encarnación personal es un motivador muy poderoso, y uno por el que estamos agradecidos. Necesitamos tales motivadores. No sólo (como dice el cliché que se escucha a menudo) se enseña lo que se necesita aprender, sino que el hecho de tener que enseñarlo lo motiva a uno a aprenderlo realmente.
Como se indica en los siguientes puntos, vemos el logro de nuestra visión de alguna manera en términos de círculos concéntricos, comenzando con nosotros como miembros individuales de la junta directiva, extendiéndose luego a nosotros como grupo, abarcando luego nuestro funcionamiento como centro, y luego incluyendo el sistema de apoyo local que estamos desarrollando aquí en Sedona. Nuestra esperanza es que todo esto junto pueda convertirse en un germen, un proyecto piloto, de lo que queremos que ocurra en el mundo. Oramos para que muchos individuos, grupos y centros capten la visión y trabajen para implementarla, como algunos ya están trabajando en aspectos de esta visión.
Esta, entonces, es la parte final de nuestra visión:
IV. Convertirnos en una encarnación, un lugar donde nazca lo que queremos que suceda en el mundo
- Que los que estemos en el Círculo sigamos Un Curso de Milagros como nuestro camino individual; para aprender el perdón a través de su programa.
- Que los que estemos en el Círculo nos unamos unos con otros en una relación sagrada grupal basada en el objetivo común de despertar a Dios a través de Un Curso de Milagros.
- Unirnos con otros individuos, grupos y centros que sienten el mismo llamado.
- Tener una instalación en Sedona que sea el hogar de nuestro trabajo. Estas instalaciones probablemente incluirán finalmente tres aspectos generales o alas (ligeramente modificadas respecto a lo que describimos hace cinco años):
El Ala de Enseñanza, que comunica el sistema de pensamiento y el programa del Curso.
El Ala de Apoyo, apoyando a los estudiantes en la realización del Curso, en el estudio, la práctica y la extensión del mismo.
El Ala de Sanación, llegando a ser competentes en la sanación, extendiéndola a los demás, y entrenando a otros en el enfoque único del Curso para la sanación.
- Comenzar un sistema de apoyo local en Sedona que podría ser un programa piloto para sistemas de apoyo en otras partes del mundo.
- Como individuos, como grupo, como centro y como cultura local de apoyo al Curso, convertirnos en la semilla de una tradición espiritual basada en Un Curso de Milagros.
Ahora juntemos los cuatro aspectos principales de nuestra visión:
I. Discernir fielmente la visión del autor de Un Curso de Milagros.
II. Ser un instrumento en el plan de Jesús para manifestar su visión del Curso en las vidas de sus estudiantes y en el mundo.
III. Ayudar a encender una tradición duradera basada en la unión de los estudiantes para hacer el Curso como el autor lo imaginó.
IV. Convertirnos en una encarnación, un lugar de nacimiento de lo que queremos que suceda en el mundo.
Para destilar esto aún más, aquí está nuestra declaración de misión para el Círculo:
Descubrir la visión del autor de Un Curso de Milagros y manifestarla en nuestras vidas, en las vidas de los estudiantes y en el mundo.
Esta es nuestra visión tal como la entendemos actualmente. Como dije al principio, no es necesario sentir una fuerte conexión con esta visión, o incluso estar de acuerdo con toda ella, para beneficiarse de nuestras diversas publicaciones y eventos. Sin embargo, por otro lado, si están profundamente implicados en el Curso, si creen en su interior que su aparición tiene un significado incalculable para nuestro mundo y si piensan que esta visión está más o menos en el camino correcto, esta es una oportunidad para que se pongan de pie, den su asentimiento y se unan a nosotros.
Independientemente de lo que nadie haga, creo que el Curso seguirá siendo durante siglos un libro importante que innumerables personas comprarán y enconraráb inspirador, provocador y útil. Sin embargo, ¿se usará de la manera enfocada y dirigida que el autor imaginó, y producirá alguna vez los profesores avanzados que él parecía esperar? Para obtener el primer resultado, todos podemos relajarnos y observar. Sin embargo, para obtener el segundo resultado, mucha gente va a tener que hacer mucho trabajo.
Después de que el Curso se publicara, el autor se lo dijo a Helen Schucman, su escriba:
Piensas que el Niño es mortinato…. No entiendes qué ocurrió, ni las señales que aún rodean Su nacimiento. La estrella está ahí, y todos los intentos de llamarla otra cosa desaparecerán con el tiempo…. No podemos saber cuándo ha llegado la verdad porque sería difícil ver el Cielo donde hay un pesebre. Pero cuando haya llegado la verdad, hay una luz que finalmente resplandece.
La madre [Helen] espera. El Niño ha llegado, y ha vuelto a nacer. No está muerto. Es el símbolo de la vida, el regalo de Dios, el Señor de la paz, el Rey de todo el mundo, el Hijo del hombre y tú (Ausencia de Felicidad, p. 421).
El mensaje aquí es inconfundible. El mismo Niño que hace tanto tiempo nació en un pesebre y anunciado por una estrella “ha nacido de nuevo”. El que cambió para siempre nuestro mundo ha aparecido una vez más. ¿Qué haremos con él esta vez?
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Todos los pasajes de Un Curso de Milagros citados en este artículo hacen referencia a la edición en español publicada por la Fundación para la Paz Interior (FIP)
Traducción del artículo “How can A Course in Miracles Accomplish its Purpose?” realizada por Miguel Carrera Troyano y revisada por Sandra Rocafort (noviembre 2020).
[1] Véase Perry, Robert, “Traditional Monastic Pursuit in the Context of Contemporary Society”.